1.-
Ya recorrí la distancia
que me fijaba la vida
con la mente reprimida
de una historia que descansa.
De la vejez a la infancia
ya dejé tras de mis pasos,
la aventura o el fracaso
de mi vida transitoria
las que hoy busco en mi memoria
para darles un repaso.
2.-
Al ver mi vocabulario
ninguno podrá dudar
que yo no llegué a cursar
ni los estudios primarios.
Muchos como Candelario
no aprendieron a escribir,
a clase no podían ir
ya que todos trabajaban
sólo en el campo se hallaban
medios para subsistir.
3.-
El campo y los animales
a tu infancia subyugaba
sin remedio te alejaba
de los hábitos sociales.
En los centros escolares
mi presencia no se vio,
y quizás por eso yo
me titulo analfabeto
es mi orgullo aquel respeto
que mi padre me enseñó.
4.-
Mis manos cuando era un niño
no conoció otro juguete
que una podona, un machete
una guataca o un pico.
Los Reyes Magos, al rico
solamente visitaban,
los niños pobres lloraban
pero era por no tener
un zapato que poner
a ver si algo le dejaban.
5.-
Con miseria se vivió
la casa nuestra fue una
que al nacer, una cuna
ningún niño conoció.
Pero el campo superó
lo que fue en pueblos tormenta,
con la garganta sedienta
sin calzado y sin abrigo
en cada esquina un mendigo
mostraba su mano hambrienta.
6.-
Yo llegué a mi adolescencia
con pantaloncito corto
y aunque bien me comporto
pasé pena y vergüenza.
Mi madre, que la inclemencia
sobre de ella caía,
mientras los demás dormían
su descanso fue infernal
con la aguja y el dedal
nuestra ropa nos zurcía.
7.-
Yo fui un arriero que andaba
tras de mi cabalgadura
temiendo a la noche oscura
de su cola me agarraba.
Por la tarde regresaba
el cansancio me rendía,
pero como otro vivía
bajo el yugo sometido
ya por el frío curtido
porque abrigo no tenía.
8.-
Yo viví donde sufría
el rigor de la tormenta
donde la nieve opulenta
caía de la nube fría.
Yo viví donde ofrecía
la primavera su miel,
fui también el niño aquel
que iba descalzo y sediento
por caminos polvorientos
que le quemaba la piel.
9.-
Cuando se sembraba el grano
tras de la yunta yo andaba
la macera me formaba
ampollas en ambas manos.
Mis padres, yo y mis hermanos
hacíamos la sementera,
pasaba la primavera
con las hoces se cortaba
y ya después se trillaba
con el ganado en la era.
10.-
Yo fui aquel niño atrevido
que nunca se le hizo tarde
a escondidas de mi padre
fumé como un descocido.
Fui el niño que por un nido
subía a los copos de un pino,
fui aquel niño campesino
que sintió ese arraigo isleño
ya que fui desde pequeño
simpatizante del vino.
Fin.
11.-
Todavía en mi adolescencia
a Venezuela emigraba
pero en mis padres dejaba
un gran dolor con mi ausencia.
Logré mi supervivencia
con hambre, frío y con sed,
en mi silencio lloré
nostalgia del emigrante
era el recuerdo constante
de un mundo que me alejé.
12.-
La vida nos va pasando
como río en cause lento
pero que a un mar turbulento
las aguas le va entregando.
Va en sus “remances” dejando
recuerdos acumulados,
sin confesión los pecados
cuando del mundo te alejas
pero en tu conciencia dejas
el álbum de tu pasado.
Adrián Candelario Martín.
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