A UN AÑO DE LA CANDELA.

1.-
De paso por Garafía
una amiga conocí
me dijo: -quiero de ti
una historia en poesía.-
En su gesto comprendía
una angustia abrumadora,
y yo le dije, señora
ya he leído en su interior
se que sufre más dolor
el que sin lágrimas llora.
2.-
Contemplé con estupor
lo que ella me había contado
su finca había exterminado
el fuego con su furor.
Reflejado ese temor
del que todo lo ha perdido,
tengo el sentimiento herido
dijo, nada me consuela
al saber que  la candela
de mi propiedad ha salido.
3.-
Hablamos como una hora
su desgracia me contó
ya que nada le dejó
la candela destructora.
Cual triste y conmovedora
contemplé su situación,
pánico, desolación
su semblante reflejaba
al ver que su sitio estaba
bajo ceniza y carbón.
4.-
En la casa Jibirón
habían matado  un cochino
y según contó un vecino
no apagaron el fogón.
Allí como maldición
estaba el yerno “Gapito”,
de aquel incendio maldito
fueron culpables sus manos
y a su pobre suegro anciano
culpaba de aquel delito.
5.-
Queda impugne la candela
todo aquel involucrado
“Catana” había asegurado
que el fogón lo apagó Cela.
Quedó en cenizas Catela
y sus pueblos adyacentes,
mientras los vecinos sienten
dolor, pánico y tristeza
ellos volvían a la mesa
a comer tranquilamente.
6.-
Aunque es absurdo, insensato
a “Gibirón” han culpado
de esta forma se han lavado
las manos  como Pilato.
Al no haber datos exactos
no se llegó a un veredicto,
fue pecado, fue delito
todo el mundo pudo verlo
sin ser Jornera y el Mirlo
murió todo pajarito.
7.-
Él dejó por varios años
tres pueblos en el abismo
y después tuvo el cinismo
de apuntarse “pa” los daños.
A nadie le luzca extraño
que no pagara condena,
la cárcel se encuentra llena
de malhechores como este,
y aunque la verdad moleste
su reputación no es buena.
8.-
El que culpable aparece
quien el cochino ha matado
no paga el daño causado
ni aunque a él lo maten mil veces.
Ningún aprecio merece
de la moral se distancia,
este fuego por desgracia
dejó un daño irreparable,
mientras tanto los culpables
lo han visto sin importancia.
9.-
Contigo han sido tiranos
te sepultas en dolor
sin que conozcas rencor
en tu corazón humano.
Se hizo más recio el verano
en tu árido camino,
porque aquel fuego asesino
dejaron tus animales
en sus desiertos corrales
a merced de los vecinos.
10.-
A tu alma dolorida
quiero enviar un consuelo
para calmar el desvelo
que en tu mente hace cabida.
Sigues sin curar la herida
que lesiona tu sentir,
llenas de tanto sufrir
una página en tu historia
pero has ganado la gloria
mucho antes de morir.
Fin.
29 de julio del 2001

Adrián Candelario Martín.

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