EL BUEN PESCADOR.
1.-
Cierto día al amanecer
me levanté y fui “pal” mar
pero me gusta contar
“pa” todo con mi mujer.
En casa hay mucho que hacer
-dijo la doña enojada-,
ten las papas cocinadas
“pa” comer con viejas fritas
o alguna otra cosita
yo nunca vengo sin nada.
2.-
Llegué, anduve en el callado
no agarré si no un cangrejo
que yo como todo viejo
ya ando todo trapiado.
Una vez lo tuve asado
ya no esperé por más nada,
quedé atento a la picada
y cuando el ojo pestañó
el peje se aprovechó
“pa” llevarse la carnada.
3.-
En forma muy maliciosa
puse una pata trasera
pensando que aquella era
un poquito más golosa.
La tarde era calurosa
y de nubes despejada,
siempre atento a la picada
pero el sol me encandiló
y el peje se aprovechó
“pa” llevarse la carnada.
4.-
El azote de la brisa
no me dejaba pescar
y traté de recordar
lo que le ofrecí a la misia.
Yo traté de darme prisa
y no me valió de nada,
aunque atento a la picada
cuando el reboso subió
el peje se aprovechó
“pa” llevarse la carnada.
5.-
Busqué araña a mar vacía
ya me valí de esos medios
pero no tuvo remedio
todo el esfuerzo que hacía.
Como vence el que porfía
de un burgado me acordé,
lo puse, y allí agarré
el mayor de los corbatos
maldije por largo rato
y al agua lo tiré.
6.-
Al ver desaparecer
la carnada que tenía
me fui, y llegué al medio día
sin pescado que comer.
Me amenazó la mujer
con darme una bofetada,
falló el ojo y la carnada
la misia quedó rabiosa
si usted fuera, y tiene esposa
mejor no le diga nada.
Fin.
3-3-1984.
Adrián Candelario Martín.
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